miércoles, 1 de julio de 2009

La historia cultural de la homosexualidad en Grecia





La homosexualidad ha estado presente en diferentes culturas y diversos momentos históricos, siendo un factor importante de la historia no solamente de la sexualidad humana, sino de la historia en sí. Corraze una vez más nos habla de esta situación: “La presencia de la homosexualidad ha sido comprobada en una multitud de culturas a grado tal que la existencia de relaciones sexuales entre hombres, o entre mujeres, deber ser considerado un hecho antropológico”.

Uno de los actos homosexuales que llama la atención en la cultura griega es la presencia de pederastia. “La pederastia institucional cobró en la Grecia antigua tal importancia que sirvió de modelo ideal y de estimulante a generaciones homosexuales” (Corraze J, 1997; 22). A través de las investigaciones de Corraze podemos corroborar que fueron las prácticas gays un hecho histórico y cultural en Grecia.

Corraze en su libro de la homosexualidad apunta algunas características con respecto a estos actos en la Grecia Antigua. Primero hace referencia a Meier señalando que: “en la historia de Atenas no hay hombre que no se reporte que haya sido amante o haya amado uno a otro” (Corraze J, 1997; 22). Explica por otro lado las características que respondían al acto de pederastia entre los griegos; había un término establecido para el amado, éromene, y otro para el amante, éraste, ligados por el papel desarrollado entre alumno y maestro, donde el maestro cortejaba para probar su amor real y profundo hacia el alumno. El amado era un adolescente recién llegado a la pubertad, y al salir el primer vello en el rostro (barba) se ponía fin a la relación. Una característica del hombre mayor era que no sobrepasara los cuarenta años, ya que según Corraze, las relaciones entre homosexuales adultos eran inconcebibles y los afeminados eran objeto de discriminación a través de burlas y desprecios. Es necesario saber que el cometer pederastia como un acto meramente sexual, se consideraba una deshonra hacia el efebo, donde cualquier tipo de ultraje o violencia era castigado, incluso con la muerte.

La justificación al acto de pederastia, según este investigador, dice que eran actos rituales que venían desde los principios de Grecia, en la civilización cretense, donde incluían actos como el robo del amante, por parte del amado, con aprobación de los padres y amigos de los padres, festividades, intercambio de regalos, sacrificios de toros. Sin embargo simbólicamente afirma que pudo responder a un rito de iniciación de una etapa de cambio, la cual iba de la adolescencia a la madurez y a una integración a la comunidad viril. Agregando que se transmitía la fuerza masculina del poderoso guerrero al efebo, y tener una preparación posterior, estando listos para recibir educación militar y cívica.

Por otro lado Lizarraga apunta que la actitud misógina que poseían los griegos, y el no otorgar a la mujer un papel importante dentro de la sociedad, iba de la mano con el desprecio hacia lo andrógino, sobrevalorando la virilidad y el comportamiento masculino. Otra situación homosexual era la prostitución, la cual dilucidaba como un acto vil, pues la entrega sexual sólo era justificada cuando se amaba a jóvenes bien formados, de buenos modales, lo que se relacionaba con almas grandes y sensibles.

Según Corraze, la homosexualidad llegó a convertirse en una condición que promovía la heterosexualidad, sólo como un acto reproductivo. Con respecto a esta indiferencia hacia la heterosexualidad, se puede señalar lo que Hesíodo declaraba con actitud misógina, pues adjudicaba a la mujer, la personalidad de Pandora, considerando al sexo femenino, como raíz de los males y perdición de los hombres.

La historia de Grecia como parte de la historia de la homosexualidad, cabe aclarar lo que Xabier Lizarraga afirma, y concuerda con mi perspectiva: “hablar de Grecia no es hablar de Atenas ni de un reducido período o sector de su cultura, sino de algo mucho más amplio. Unos cuantos fragmentos no son ni Grecia ni su cultura (aunque pudieran reflejarla), como tampoco esta se reduce a templos, túnicas, las Olimpiadas, y unas cuantas batallas tomadas como tema para poemas, tragedias y comedias” (Lizarraga Cruchaga, 2003; 36), esto es importante aclararlo, pues no podemos generalizar la homosexualidad en absolutamente todos los hombres de Grecia.
Un aspecto importante, para no caer en el error de una falacia, retomare un comentario de Lizarraga :

“Grecia, sin lugar a dudas, era un ámbito de vida en el que la homosexualidad se reconocía como una forma de expresarse, pero no únicamente en términos eróticos, por lo que se dieron formas institucionalizadas tanto de homosexualidad, como de heterosexualidad” (Lizarraga Cruchaga, 2003; 36).

Lizarraga agrega que es ilógico pensar que la homosexualidad se ejerciera libremente de forma generalizada y sin restricciones, debido al contexto democrático en que estaba inmersa, pues el sistema de gobierno griego no permitía a la población completa, los mismos derechos, obligaciones y libertades para todos. Es necesario recordar que Grecia se desarrollo en un modo productivo esclavista, aunado a que los hombres que practicaban la homosexualidad pertenecían a clases privilegiadas. Parte de esas leyes, consistía en la prohibición que Solón estableció, pues consideraba un delito, las relaciones entre un esclavo y un joven libre. Lizarraga señala que existió un mercado de jóvenes esclavos para la satisfacción sexual de hombres libres adultos, ya que existía una demanda de éstos.

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